domingo, 30 de junio de 2013

Rescátame.

He vuelto a fumar, y he vuelto a desearte como si quizá. Cariño, qué me has hecho. Y, en el fondo, en realidad, la cuestión es ¿Por qué me estoy dejando matar? A lo mejor la vida nunca me ha parecido un bonito lugar para quedarse. A lo mejor la vida nunca me ha parecido un lugar sin ti. A lo mejor ahora, con unos cubatas de más y unos cigarros de menos, te necesito tanto que empiezo a pensar que tú eres más parte de mí que todo lo que he vivido. 

Así que pongo una canción triste, y empiezo a escribir, como si me salvase. Como si escribir todo lo que te quiero, todo lo que no estás, te acercase un poquito. Pero no. Hoy he vuelto a dormir sola, y ya no recuerdo qué era eso de no odiar la soledad. Ya no. Ya no recuerdo qué era eso de sobrevivir, ni de morir, ni de los cubatas poco cargados de alcohol. Ya no me importa demasiado nada, pero sigo deseando que algún día merezca la pena luchar, seguir, respirar, amanecer mientras me quedo mirándote. O mirando a alguien. O creyendo que, por fin, he tenido suerte en el amor. 

                               



Pero todo me suena a palabras vacías. Algún día, suena a que nunca. Quizá, suena a jamás. Quererte, suena a que me va a costar demasiado olvidarte. Y quién va a venir a rescatarme, o a decirme que todo irá bien, o a decirme que yo no merezco esto, que merezco sonreír, y que merezco todas esas cosas bonitas que suceden en las películas de amor. Nadie va a venir. Y, si vienen, te prometo que no lo harán a tiempo. Te prometo que será demasiado tarde y que yo ya estaré, con un cigarro entre los labios. Es demasiado tarde, esta noche, para creer que tú y yo podríamos haber hecho las cosas mejor. Que si yo hubiese ido, y que si tú no hubieses huido, ahora seríamos algo muy parecido a dos ingenuos, y felices, enamorados. Pero déjame decirte una cosa, cariño: el amor no existe, es un invento de la gente que le tiene demasiado miedo a la soledad. En fin. Acuérdate un poquito de mí cuando beses a otra. No me mates del todo. Sólo te pido eso. Hazme formar parte de todo lo que nunca tendré contigo. Rescátame.



domingo, 23 de junio de 2013

Un frío verano.

No podía escapar, ni olvidarte, ni volver a enamorarme. No podía seguir ni pararme, ni dejar de sangrar ni de cerrar los ojos siempre que alguien me preguntaba por ti. Y la vida sigue sin saber muy bien cómo, pero sigue, y qué importa que tú no estés. Qué importa que siga sin poder dormir y sin poder dejar de soñarte,de retrasar lo inevitable, es decir, el dolor. El dolor de perderte, o quizá, en el fondo, el dolor de que todo se basara en esperanzas, que además resultaron ser falsas. Y qué. Nadie va a rescatarme de toda esta necesidad de volver a intentar las cosas, de volver a tropezarme, de romperme, de que me rompas. Nadie, ni siquiera yo, va a conseguir sacarme de este bucle de comprobar si besarte es como volar. 


Y escribiré poemas sobre cuando te ahogas con imposibles. Como cuando gritas con todas tus fuerzas, pero nadie escucha, y te sientes tan sola que, irremediablemente, necesitas uno de esos abrazos que nunca te han dado, pero que siempre has creído necesitar. Abrazos que, a lo mejor, no existen. Y, después, no me preguntéis qué. Sólo sé que la soledad quema por dentro como si no escupieses el humo al fumar. Y también sé que aún no he aprendido a ponerle una tirita a tu nombre y decir "Adiós" a lo que algún día fue bonito. Ese es mi problema, supongo, que nunca me han gustado las despedidas y que, aunque tú te hayas ido, yo sigo en la puerta de todo lo que podríamos haber sido juntos. Es triste, ¿sabes?, pero creo la vida es un poquito así, como un constante esperar a alguien que te esté esperando; como un constante necesitar a alguien que te necesite. Y todo para darle un poquito de sentido a ese vacío al que llamamos muerte. O amor. O yo qué sé. Sigo pensando que, sin ti, el verano es un poquito invierno, corazón.

miércoles, 19 de junio de 2013

Ilusiones.







Y abrázame y alíviame el vacío. Acompáñame en las noches, y compártelas conmigo, comparte hasta el silencio y la soledad, porque todo compartido duele menos. Ven y dime que serás tu quien mate miedos por mi, quien hará que me crezca. Dímelo y hazme vivir de ilusiones. Y ya, ya sé que vivir de ilusiones es una forma de morir. Pero que forma tan bonita eh.

martes, 18 de junio de 2013

Razones para sonreír.

No volvimos a vernos y borré su número del móvil. Nunca he estado segura de cómo se olvida, pero pensé que esa era una buena forma de empezar. Me equivocaba. Meses después se me sigue enfriando el café por la mañana mientras espero que venga a desayunar conmigo. Es como cuando tardas un poquito en darte cuenta de que no estás soñando. De que la realidad es que ya no pides tostadas para dos en el bar de la esquina y que ya no te importa cambiar las sábanas de la cama tan a menudo. Así son las cosas: la rutina tarda un poco en darse cuenta de que ya no compartes tu tiempo. He dejado de tararear canciones en la ducha y he llenado la nevera de litronas medio llenas, o quizá medio vacías, o quizá se me están amontonando las razones para buscarlo algún día y decirle que vuelva a recoger los trastos que se dejó. Yo, uno de ellos. Uno de tantos. Y luego están todos esos "para siempre" a los que el tiempo no hizo justicia, y todos esos "ojalás" que escribimos en el vaho de un montón de espejos en los que ya no me miro por si verme sin él me hunde un poco más. En lo referente a tocar fondo siempre he sido muy competitiva, veréis.No sé. A veces sigo pensando que la única forma de olvidar a alguien es conociendo a otra persona a la que no desees olvidar. Pero, claro, a ver cómo le abres la puerta al amor si, la última vez que entró, sólo vino a desordenarlo todo. Y lo desordenó tanto y tan bien que aún, pasado el tiempo, sigues encontrando cosas que no están en su lugar. Entonces, de madrugada, es cuando te enciendes un cigarro y piensas en lo irónico que resulta que exista gente que siga pidiéndote que sonrías. Y es que sonrisas te quedan, pero las razones para sonreír se las llevó todas. Supongo, que estas cosas pasan. 


miércoles, 12 de junio de 2013

Idealizar.

Recuerdo que todo empezó sin parecer el comienzo de nada. Dos besos, dos "Hola, qué tal", dos "Todo bien" y nos mentimos y no mucho más. Y luego pasó un poquito el tiempo y cada vez que lo volvía a ver sonreía y qué se yo, sería el indicio de que iba a precipitarme, o de que iba a ser precipicio. Recuerdo también que un día empecé a querer verlo, al principio no tanto como después. Después quería verlo a todas horas, en cualquier sueño y en cualquier insomnio. No estoy muy segura de cómo pasó aquello, sería la soledad, de la que ya me estaba cansando, o sería la forma que tenía de hacerme feliz en mi cabeza, donde todo terminó siendo más bonito que en la realidad. Idealizar, esa es la cuestión, y ese fue mi problema. Me di cuenta, ni tarde ni temprano, un día, de que lo había idealizado por culpa de todos esos ojalás. No sé si me entendéis. Lo había convertido en mi salida de emergencia favorita, y veréis, la puerta siempre había permanecido cerrada, al menos para mí. Así que me ahogué, en medio de un incendio que yo misma había provocado para llamar su atención. Y morí allí, de alguna forma, y a mí funeral sólo fueron las causas perdidas, que eran bastantes. Y, bueno, después de fallecer me dediqué a escribir cosas tristes. A escribir desde el otro lado, desde la otra vida, desde mi vida sin él y sin todo lo que, algún día, pensé que sería nuestro. 


Qué más da. Son capítulos imprescindibles de la vida, como fascículos coleccionables, y yo tengo varias veces repetido ese en el que se habla del amor que no funciona, llamadlo desamor o insomnio o qué vida más triste. Pero, bueno, luego hay otro fascículo que habla sobre salir adelante después de quedarte demasiado atrás. Después de perder algún que otro tren con nombre y apellidos y tal vez ojos bonitos. Recapitulemos e intentemos sonreír, que nadie se ha muerto aún por cometer el error de darle demasiada importancia a las despedidas. Y en fin.




sábado, 8 de junio de 2013

Más recaídas. Sí, absurdo ¿Verdad?

Tu respiración, el latir de tu corazón, el sonido de tu risa... la mezcla de ellos se convirtió en la banda sonora de mi vida durante aquel largo y ,a la vez, corto periodo. Y que bonito, porque desde entonces no he encontrado banda sonora mejor. Y supongo que de ahí viene esta terrible sensación de vacío, de que nada es suficiente. Pero es gracioso, y también triste, que ahora al recordar me limite a sonreír nostálgicamente, aceptando, ya quizá, que esos recuerdos son pasado, ojalás que no se cumplirán.


Y pensar que.. bueno, fin.
La vida sigue, si se le puede llamar así ,y  no es contigo.
He aprendido que sonreír es una forma de morir por dentro si tu no estás.
¿Pero sabéis lo más triste? Que lo nuestro fue bonito mientras fue mentira.


martes, 4 de junio de 2013

Recaídas de medianoche.

Me pregunto en qué momento dejaré de contar las horas, los días o los meses, me pregunto si desaparecerán estas ganas de seguir esperando un tren que pasó hace tiempo y no va a volver. Sigo sin entender por qué sigo aquí, porque nada ha cambiado y cada noche se hace más dura que la anterior. Por qué ya ni siquiera puedo dormir y soñar, simplemente insomnio, horas muertas acompañadas de humo y llanto lluvia.


Una parte de mi tiene miedo de olvidar, pero he estado pensando y supongo que ¿De que sirve quedarme recordando todo aquello si tu no estás, si tu ya no lo recuerdas? Lo tiraste dentro de un cajón y lo dejaste todo para mi. Quiero dejar de acostarme todas las noches con esta sensación, con estás ganas de no querer saber nada más del mundo, de ser yo quien se consuma en el cenicero. 
Deseé tantas veces despertar y que tu estuvieses allí, que nada hubiese cambiado. A falta de poder soñar, solo cerraba los ojos y lo imaginaba... es gracioso, lo digo en pasado, como si hubiese dejado de hacerlo hasta no poder distinguir bien qué es real y qué no. 
¿Es esta soledad mi verdadera realidad?





Andy y Woddy.

- Mi amor, no es por joderte, pero no te das cuenta que tu vida con él es igual que con todos. Fue tu primer amor y eso no lo quita nada, pero lo que viviste fue una mentira. No digo esto por hacerte daño, mira a ver, sabes que eres lo más importante que tengo. Lo hago para que te des cuenta y para que.. no sé, piénsalo, no  necesitas eso, me tienes a mi, yo siempre estaré.

-Habrá sido mentira, pero tu no sabes la cantidad de momentos especiales que viví a su lado, todo lo que luché para estar con él, lo mal que me sentí siempre conmigo misma y todo lo que él se esforzó para que eso cambiase, por hacerme sonreír. A veces pienso que fue culpa mía, tal vez llegó a su límite.

-Pues yo sigo diciendo que a mi siempre me tendrás a tu lado.

-Tengo tanto miedo a no vivir nada igual, a no encontrar a alguien que me quiera y me haga sentir especial... que soy una estúpida, que necesito a alguien que me abrace y me diga que todo va a salir bien.

-Jajajaja eres mi estúpida. Piensa una sola cosa, a lo mejor si dejas de preocuparte por encontrar ese alguien, él llegará solo, cuando menos lo esperes, y si no llega sabes que yo estoy y estaré ahí.

-La verdad es que no creo que llegue, todos los tíos buscan tías buenas, hasta los mejores. Y no es que busque, es que ... supongo que me acostumbre a tenerlo a mi lado, y ahora se me hace terriblemente difícil todo..

-Te quiero muchísimo, recuerda que tu y yo somo Buzz y Woddy, o  Andy y Woody, chip y chop, jajaajja zipi y zape, mortadelo y filemón JAJAJA ... me tengo que ir a dormir, pero promete que dormirás bien.

-Dormiré bien.

-Eso espero preciosa<3

-Buenas noches pequeñajo.





[¿Qué haría yo sin mi mejor amigo?]





A pesar de la muerte, de la vida o la suerte.

Sigo aquí.
Parada en este mismo punto, en este ''punto y final'' que pusiste para separar nuestros caminos.
No he podido alejarme. Todo este tiempo he estado corriendo en círculos, intentando dar un paso que en realidad no quiero dar. Tu sonrisa, tu forma de mirar, de abrazar... ¿Las olvidaré? ¿Iré olvidando poco a poco los detalles de cada uno de los días que vivimos juntos? ¿Estaría mal si me quedase aquí para siempre?
No espero verte volver, no espero una disculpa,... y sin embargo de alguna manera esto que hago es como no dejar de esperar.
A pesar del dolor, he llegado al punto de que solo deseo que seas feliz. Sin importar yo, sin importar con quién o de qué manera has decidido encontrar tu felicidad. Después de todo he encontrado mi culpabilidad, he pensado que tal vez llegaste al límite de lo que estabas dispuesto a soportar por mi, aunque yo no tenía límite para ti y tristemente sigo sin tenerlo.



—...y no la pude olvidar lo suficiente.

—Pero, ¿cómo se olvida lo suficiente?
—No lo sé, nunca lo he hecho.
—Yo creo que nunca olvidamos lo suficiente. Yo creo que ni siquiera olvidamos. ¡No podemos olvidar! 
—Explícate.
—Yo creo que un día empezamos a pensar en otra persona, empezamos a echar de menos otros besos y deseamos compartir el insomnio con alguien distinto. Y que aquella persona a la que no podíamos olvidar ya no duele cuando la recordamos. Pero eso no es olvidar, sino cicatrizar una herida que ha dejado de doler. 
—Entonces... ¿para "olvidarla" sólo tengo que empezar a pensar en otra persona?
—Eso es.
—¿Pero qué pasa si esa persona no llega?, ¿qué pasa si esperar te desespera y no tienes fuerzas ya ni para seguir buscando, y entonces miras hacia atrás y empiezas a vivir del pasado, de los recuerdos, de los quizás, de las segundas oportunidades...?
—Pasa que... nos rompemos. Y que la vida sigue y lo vamos perdiendo todo por el camino: las esperanzas, las ganas de sonreír, las ilusiones. Pasa que pasa el tiempo y no pasa nada, y que cada vez nos es más difícil levantarnos por la mañana y tener que luchar con el mundo. Pasa que, un día, ya nada importa demasiado: ni seguir, ni quedarte donde estás, ni que las cosas duelan, ni que venga alguien a curarte. 
—Me da miedo pensar en todo eso.
—Da miedo, sí, y gracias, porque hay tantas personas que le temen a eso que deambulan desesperadamente buscando a alguien. Y ese alguien podrías ser tú. Quién sabe. Sólo tenemos que sonreír, aunque no tengamos demasiadas ganas, y esperar a que pase el próximo tren.
—Sí, tiene sentido.


Sin Formalidades.

Supongo que todos pasamos por cosas como esta, por desamores y engaños, y cada uno tendrá su manera de afrontarlo. La mía es escribir. A veces pareceré bipolar, y es que creo que cuando te dejan tienes esa eterna lucha interior en la que una parte de ti extraña a esa persona y la otra solo quiere olvidar y pasar página. En mi caso creo que siempre gana la pelea la primera parte, pero bueno, la vida consiste en seguir adelante ¿No? O al menos eso intentan inculcarnos.

La gran mayoría de las veces, cuando pasa algo, suelo echarme la culpa pues pienso que no hay persona más imperfecta que yo, supongo que en algo tenía que ser la mejor, aunque no es algo por lo que deba estar orgullosa.

Si estáis leyendo esto, os agradezco que hayáis dedicado tiempo a leer mis paranoias y divagaciones, pues con estas me conocéis un poquito mejor.