viernes, 4 de julio de 2014

Si te vas, yo no podría quedarme.

La verdad es que busco tu nombre en las bocas de otros, para tener así una excusa y encerrarte en mi cabeza. Pero, fíjate, me tiemblan las piernas de correr y  también la vida. Aunque más, y sobre todo, la vida. 
Cuando escribes y te das cuenta de que no sirve de nada, escribes más por si acaso. Aunque duela y aunque eso sólo me lo pueda curar todos los abrazos que podrías darme. Pero a mí no me espera nadie, en ningún sitio. Llevo la soledad tan hundida en la piel, que ya no sé dónde empiezo yo y termina ella. Han desaparecido las fronteras. 
Llueve y de repente me siento lluvia. Pero quisiera saber contrargumentar a la tristeza. No sé. Se me ha vuelto una enredadera la esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario