Esta es mi excusa.
Si llevas mucho tiempo sola, al final se te ocurre enamorarte de cualquiera. Yo he estado sola muchas veces estos últimos años. El proceso siempre es el mismo, primero desde la ignorancia una cierra los ojos y abre el corazón. Si duele, piensas que es algo habitual. Así que dejas que te duela. Terminar relacionando el amor con una gran herida es el argumento más triste que se me ocurre para continuar por algunos caminos. Después, si la cosa no funciona, se pierde la esperanza antes que la capacidad de seguir queriendo. Entonces una vive como si tratase de luchar no sólo contra el mundo, sino también consigo misma. Perder no es una opción: se pierde, y ya.
La melancolía es una droga qué sólo tiene efectos secundarios; el principal es abrirle la puerta a la tristeza, no importa cuánto trates de evitarlo. La tristeza entra, se sienta a tu lado, te da un discurso sobre la realidad y ni siquiera puedes negarle la razón. Así que la soledad se convierte en un pozo sin fondo, pero de alguna forma tú terminas tocándolo. Hoy hace un día precioso, parece que va a llover.
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